Necesito callar mientras espero que caigan los sacuanjoches.
En la soledad el silencio es infinito;
el impulso de hablar, y posiblemente arruinar el sueño que hemos construído,
es irresistible.
Pero no me atrevo a decir nada.
Busco los sacuanjoches como si fuesen la respuesta.
A mi alrededor, los sapos cantan, aconsejándome como revivir aquellas noches,
pero no puedo entenderles.
Soy sorda a sus secretos.
Estando contigo, lo que más anhelo es ver la sonrisa devuelta en tus ojos.
Por ella, seré más liviana que una nube,
aun si dentro de mi hay una tormenta.
Todo por tu bien.
Mis lágrimas de nada